Angelus: El Papa exhorta a los jóvenes a redescubrir el valor de la adoración
Domingo, 7 ago (RV).- Al mediodía de este domingo, el Santo Padre Benedicto XVI se
asomó al balcón del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, para rezar el Angelus con
los numerosos fieles y peregrinos presentes en el Patio interno de la Residencia de
verano de los Pontífices.
Tras recordar que “miles de jóvenes están por partir,
o están ya en camino, hacia Colonia” para participar en la Jornada Mundial de la Juventud,
que tiene como tema “Hemos venido a adorarlo”, el Papa afirmó que “se puede decir
que toda la Iglesia se está movilizando espiritualmente para vivir este evento extraordinario”,
mirando a los Magos como “singulares modelos” de búsqueda de Cristo, “ante el cual
arrodillarse en adoración”.
“¿Pero qué significa adorar? ¿Tal vez se trata
de una actitud de otros tiempos, carente de sentido para el hombre contemporáneo?”,
preguntó Benedicto XVI, y respondió: “¡No!”, recordando que “una conocida oración,
que muchos rezan en la mañana y en la tarde, inicia precisamente con estas palabras:
‘Te adoro, Dios mío, te amo con todo el corazón...”.
En este sentido, el Santo
Padre recordó que “al alba y al atardecer, el creyente renueva cada día su ‘adoración’,
es decir su reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del universo”
y explicó que “es un reconocimiento pleno de gratitud, que parte desde lo más hondo
del corazón y envuelve todo el ser, porque sólo adorando y amando a Dios sobre todas
las cosas el hombre puede realizarse plenamente a sí mismo”.
“Los Magos adoraron
al Niño de Belén, reconociendo en Él al Mesías prometido, al Hijo unigénito del Padre,
en el cual, como afirma san Pablo, ‘habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad’”,
recordó el Papa, quien explicó que “en un cierto sentido, una experiencia análoga
es la de los discípulos Pedro, Santiago y Juan –recordada por la Fiesta de la Transfiguración
celebrada precisamente ayer- a quienes Jesús, en el monte Tabor, les reveló su gloria
divina, anunciando la victoria definitiva sobre la muerte”.
Y tras recordar
que, “luego, con la Pascua, Cristo crucificado y resucitado manifestará plenamente
su divinidad, ofreciendo a todos los hombres el don de su amor redentor”, Benedicto
XVI indicó que “los Santos son aquellos que han acogido este don y se han convertido
en verdaderos adoradores de Dios vivo, amándolo sin reservas en cada momento de sus
vidas”, y precisó que “con el próximo encuentro de Colonia, la Iglesia quiere proponerle
a todos los jóvenes del tercer milenio esta santidad, que es la cumbre del amor”.
“¿Quién
más que María nos puede acompañar en este exigente itinerario de santidad? ¿Quién
más que Ella nos puede enseñar a adorar a Cristo?”, dijo el Santo Padre, quien concluyó
pidiendo para que “sea Ella quien ayude especialmente a las nuevas generaciones a
reconocer en Cristo el verdadero rostro de Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo con
total dedicación”.
Después de rezar la oración mariana, como es habitual, el
Santo Padre saludó en diferentes idiomas a los fieles presentes. Este fue su saludo
a los peregrinos de lengua española:
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española que participáis en esta oración mariana.
¡Qué este tiempo veraniego sea un período propicio para orar y escuchar la Palabra
de Dios!