En Solidaridad con el Mundo. Temas en torno a la Doctrina Social de la Iglesia
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Jueves, 11 ago (RV).-
¿Qué piensa la Doctrina social de la Iglesia sobre la conciencia política? Esta dice
al respecto: quienes tienen responsabilidades políticas no deben olvidar o subestimar
la dimensión moral de la representación, que consiste en el compromiso de compartir
el destino del pueblo y en buscar soluciones a los problemas sociales.
Entre
las deformaciones del sistema democrático, la corrupción política es una de las más
graves porque traiciona, al mismo tiempo, los principios de la moral y las normas
de la justicia social; compromete el correcto funcionamiento del estado, influyendo
negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados. La corrupción distorsiona
de raíz el papel de las instituciones representativas, porque las usa como terreno
de intercambio político entre peticiones clientelistas y prestaciones de los gobernantes.
Instrumentos
de la participación política, los partidos políticos tienen la tarea de favorecer
una amplia participación y el acceso de todos a las responsabilidades públicas. Los
partidos están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil, orientándolas
al bien común y ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad efectiva de concurrir a
la formación de las opciones políticas.
La información se encuentra entre los
principales instrumentos de participación democrática. Es impensable la participación
sin el conocimiento de los problemas de la comunidad política, de los datos de hecho
y de las varias propuestas de solución.
Los medios de comunicación social se
deben utilizar para edificar y sostener la comunidad humana, en los diversos sectores:
económico, político, cultural, educativo, religioso. La información de estos medios
es un servicio del bien común. La sociedad tiene derecho a una información fundada
en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad; es verdad también que en
el mundo de los medios de comunicación social las dificultades intrínsecas de la comunicación
frecuentemente se agigantan a causa de la ideología, del deseo de ganancia y de control
político, de las rivalidades y conflictos entre grupos y otros males sociales.
Los
valores y principios morales valen también para el sector de las comunicaciones sociales.
La dimensión ética no solo atañe al contenido de la comunicación (el mensaje) y al
proceso de comunicación (cómo se realiza la comunicación), sino también a cuestiones
fundamentales, estructurales y sistemáticas, que tienen sus repercusiones propias.
Al
respecto, la Iglesia ha contribuido a establecer la distinción entre comunidad política
y sociedad civil, sobre todo con su visión del hombre, entendido como ser autónomo,
relacional, abierto a la trascendencia: esta visión contrasta tanto con las ideologias
políticas de carácter individualista, cuanto con las totalitarias que tienden a absorber
la sociedad civil en la esfera del Estado. El empeño de la Iglesia en favor del pluralismo
social se propone conseguir una realización más adecuada del bien común y de la misma
democracia, según los principios de la solidaridad, la subsidiaridad y la justicia.
La
cooperación, incluso en sus formas menos estructuradas, se delinea como una de las
respuestas más fuertes a la lógica del conflicto y de la competencia sin límites,
que hoy aparece como predominante.
Gentiles oyentes de Radio Vaticana, hemos
llegado así al final de este encuentro, en el que les estamos ofreciendo una síntesis
de la versión comentada de un texto interesantísimo publicado por el Pontificio Consejo
Justicia y Paz: El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Muchas gracias por
vuestra atención.