“Hemos venido para adorarle”, importancia del mensaje de la JMJ 2005
Domingo, 10 jul (RV).- “Hemos venido para adorarle” es el tema que Juan Pablo II eligió
para celebrar este año la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia (Alemania), y
que Benedicto XVI ha querido confirmar a través de su presencia en su país natal acogiendo
a multitud de jóvenes de todo el mundo que llegan con gran esperanza a celebrar esta
Jornada. Porque como recordaba el predecesor del Papa, “la Iglesia necesita auténticos
testigos para la nueva evangelización”, de ahí el lema de este año.
Tenemos
con nosotros de nuevo a Víctor Cortizo, director del Departamento de Juventud de la
Conferencia Episcopal Española, que nos irá informando cada semana sobre los preparativos
de este importante acontecimiento y que desde la propia Colonia nos transmitirá las
emociones que nuestros jóvenes vivirán junto con los de todo el mundo. Víctor, ¿para
ti que se ha querido representar a través del mensaje de este año, “Hemos venido para
adorarle”?.
Está
claro que a través de los mensajes lanzados en cada Jornada Mundial de la Juventud,
se quiere acercar a los jóvenes al mensaje de la Evangelización, en 2002 en Toronto
(Canadá) el tema elegido fue “Vosotros sois la sal de la tierra … Vosotros sois la
luz del mundo”, mientras que en el gran Jubileo de los Jóvenes en 2000 en Roma (Italia)
fue “La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros”. Víctor, ¿qué mensaje recuerdas
con más cariño de todas las Jornadas Mundiales de la Juventud a las que has acudido?.
Y
es que la experiencia de vivir una de estas ocasiones es un sentimiento que los jóvenes
del mundo han sabido demostrar a través de su cercanía al Santo Padre, acudiendo en
masa a las citas señaladas. Recordemos que las Jornadas Mundiales de la Juventud han
recorrido ya puntos tan dispares de la geografía mundial como Argentina, España, Polonia,
Estados Unidos, Filipinas, Francia, Italia, Canadá y ahora Alemania. ¿Cómo están yendo
los preparativos de este año?.
Ya
estamos iniciando la cuenta atrás para esta cita en Colonia, la primera no sólo para
Benedicto XVI, sino para muchos jóvenes que ponen sus esperanzas en estas ocasiones
de fraternidad en las que se unen las culturas para una causa común que recuerda perfectamente
el tema de este año: “Hemos venido para adorarle”.