El Papa expresa su anhelo de que el actual momento que Zimbabwe sea el comienzo de
«un nuevo proceso de reconciliación nacional y de reconstrucción moral de la sociedad»
Sábado, 2 jul (RV).- El Papa alienta a los obispos de Zimbabwe a seguir brindando
una guía clara y unida, enriquecida con una fe inquebrantable en Jesucristo. Para
que los fieles escuchen la voz del Señor, que habla con autoridad de lo que es correcto
y verdadero, de paz y justicia, de amor y reconciliación. En su discurso a los obispos
de Zimbabwe, que hoy han concluido su quinquenal visita ad limina apostolorum, Benedicto
XVI ha expresado su anhelo de que el actual momento que vive esta nación africana
sea el comienzo de «un nuevo proceso de reconciliación nacional y de reconstrucción
moral de la sociedad».
Tras manifestar su profundo aprecio por «la significativa contribución» que los prelados
de Zimbabwe han ofrecido a los fieles católicos y a toda la población en las recientes
elecciones celebradas en este país, el Papa se ha referido concretamente a dos documentos
escritos por estos obispos. La Declaración Conjunta, que publicaron el año pasado
y la reciente Carta Pastoral, titulada «El clamor de los pobres». A través de ambas
- ha señalado Benedicto XVI - «vosotros mismos habéis testimoniado el Evangelio y
la rica herencia de la doctrina social de la Iglesia».
En este contexto, el Santo Padre ha exhortado a los prelados de Zimbabwe a perseverar
en su misión, haciendo oír, por medio de su predicación y enseñanzas, la voz del Señor
en favor de la paz, la justicia, el amor y la reconciliación: «En el ejercicio de
vuestro ministerio episcopal de enseñanza y guía, os aliento a seguir proporcionando
una dirección clara y unida, enriquecida con una fe inquebrantable en Jesucristo,
en obediencia a ‘la Palabra de la verdad, la Buena Nueva de la salvación’ (Ef 1,13).
En vuestra predicación y enseñanza los fieles deben poder escuchar la voz del Señor,
una voz que habla con autoridad de lo que es correcto y verdadero, de paz y justicia,
de amor y reconciliación. Una voz que puede consolar a aquellos que están en medio
de las pruebas y mostrarles el camino de la esperanza».
Benedicto XVI ha destacado asimismo que «en medio de las dificultades del momento
presente, la Iglesia en Zimbabwe puede alegrase ante la presencia de tantas comunidades
que se caracterizan por una fe vibrante, de un número significativo de vocaciones
al sacerdocio y a la vida consagrada y, también, de laicos comprometidos, entregados
a distintos trabajos de apostolado».
Se trata – ha hecho hincapié el Papa – de «dones de la gracia de Dios, que son, al
mismo tiempo, un consuelo y un desafío para el desarrollo de una catequesis cada vez
más integrada y profunda, de forma que los fieles puedan vivir plenamente su vocación
cristiana». Una vez más, el Pontífice ha puesto de relieve la importancia de la formación
sacerdotal y catequética, así como de las escuelas católicas.
La Carta Pastoral que ha citado Benedicto XVI este sábado es la que escribieron los
obispos de Zimbabwe, el pasado mes de junio, ante la serie de redadas cumplidas por
las fuerzas del orden de este país en los barrios pobres de la periferia de Harare,
demoliendo e incendiando indiscriminadamente miles de chabolas y dejando sin vivienda
y trabajo a numerosas personas. En una operación, que las autoridades denominaron
de ‘limpieza’ y de ‘restablecimiento del orden’, quedó destruida también una clínica
que dirigían unas religiosas dominicas, en la localidad de Hatcliffe. La Comisión
católica de Justicia y Paz y la Conferencia de Pastores Protestantes en Zimbabwe condenaron,
en sendos comunicados, esta «guerra contra los pobres y sin techo».
Concretamente la Conferencia Episcopal de Zimbabwe -condenando la injusticia perpetrada
contra los pobres – recuerda que «todo el ministerio de Jesús está marcado por su
preocupación en favor de los débiles y vulnerables. Jesús nos enseña que seremos juzgados
y condenados por lo que no hagamos en favor de los que tienen hambre, sed, de los
forasteros, de los desnudos, o de los enfermos, rechazando nuestra ayuda a Él mismo...
(Mt. 25, 42-46)».
Entre los obispos de Zimbabwe que esta semana han realizado la visita ad limina se
encuentra un español, Mons. Ángel Floro Martínez, obispo de la diócesis de Gokwe,
que nos habla de los retos y de las esperanzas que debe afrontar entre sus feligreses.