Ceremonia en Varsovia de clausura del III Congreso Eucarístico Nacional Polaco y de
beatificación de tres padres de esta nación
Domingo, 19 de jun (RV).- El arzobispo de Przemysl de los Latinos (Polonia), y presidente
de la Conferencia Episcopal Polaca, monseñor Josef Michalik, ha celebrado esta mañana
en Varsovia la Santa Misa que, como anunciaba el Papa después del Ángelus, ha servido
de clausura del III Congreso Eucarístico Nacional Polaco, que bajo el tema “Quédate,
Señor, en nuestras familias”, se han rememorado las palabras de Benedicto XVI durante
el Ángelus del pasado Domingo en el que recordaba la importancia de la participación
en la Misa dominical.
Durante su homilía el arzobispo Michalik ha recordado no sólo este importante encuentro,
sino que también ha hablado de la reconciliación entre los pueblos y de la figura
de los tres “nuevos beatos” polacos: los padres Ladislao Findysz, Bronislao Markiewicz
e Ignazio Klopotowski.
Sobre estos sacerdotes el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca ha señalado
que “cada uno de ellos vivía cada día la Eucaristía extrayendo de ella el saber y
la fuerza de su extraordinaria y heroica vida”. Sobre el primero de los nuevos beatos
polacos, el padre Findysz, se ha destacado su defensa de la pastoral y de la Familia.
“En el otoño de 1963 escribió cartas a sus parroquianos, invitándoles a profundizar
en la vida religiosa y a contraer matrimonio religioso – ha recordado el arzobispo
Michalik – siendo llevado a prisión por su fe en los programas pastorales”.
En los mismos términos se ha hablado del padre Markiewicz, quien pedía a sus fieles
que “combatieran cada día contra los enemigos del alma”. Asimismo el arzobispo de
Przemysl de los Latinos, ha recordado en su homilía la figura del padre Klopotowski,
subrayando su labor con los medios de comunicación, permitiendo el desarrollo de dichos
medios en Polonia. “Es importante lo que leemos, lo que vemos en televisión y de quien
somos discípulos, Cristo es un maestro exigente, y por eso es seguro. Vale la pena
seguirlo”, ha exclamado el arzobispo Michalik.
Durante la homilía de hoy en Varsovia, también se ha hablado de la reconciliación,
porque “el hombre es imperfecto y aprende de Jesús como se tiene de vivir sin repetir
los errores de los demás y los propios. Por ello Dios está siempre dispuesto a perdonar,
pero los hombres no pueden dar la espalda al pasado, sino que tienen que mirarlo con
sentido crítico, ya que sólo así se es sabio y noble”.
El predicador ha recordado así mismo las palabras de la carta que hace 40 años los
obispos polacos enviaron al episcopado alemán, en la que se podía leer: “Perdonamos
y pedimos perdón”. “Hoy también ante los pastores de la Iglesia greco- católica en
Ucrania y en Polonia – ha señalado el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca
– perdonamos y pedimos perdón. No queremos juicios, o calcular de quién han podido
ser las culpas, o ver quién fue el primero o quién ha sufrido más. El juicio pertenece
a Dios, el primer ofendido. Pidamos todos juntos perdón por todo lo que hemos hecho
que no haya seguido el divino mandamiento del amor al prójimo”.