Domingo, 12 jun (RV).- La Jornada Mundial contra el Trabajo Infantil celebra hoy su
cuarta edición, tras su instauración en 2002 por parte de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), persiguiendo el mismo objetivo que llevó a señalar este día: poner
fin a la extrema pobreza que obliga a millones de niños y niñas en todo el mundo a
trabajar para colaborar en la economía familiar. Este año la OIT ha querido llamar
la atención sobre los niños que trabajan en las minas, situación por la que atraviesan
cientos de pequeños, ya que dada su pequeña estatura, se les utiliza como excavadores
que encogiéndose pueden llegar a las zonas más inaccesibles.
Según los últimos datos de la OIT, más de un millón de niños en todo el mundo son
explotados en las minas, obligados a transportar pesadas cargas a través de los recovecos
de las excavaciones. En África esta realidad se observa sobre todo en las excavaciones
de las minas de diamantes, de oro o de otros materiales preciosos, en Asia, son las
excavaciones de piedra o minerales y piedras preciosas las que se aprovechan de las
dimensiones reducidas de los niños para poder extraer de las parte más inaccesibles
de la tierra los materiales más preciosos. La misma situación se vive en América del
sur, en donde los más pequeños trabajan en minas acuíferas, de carbón, de esmeralda
y de estaño.
Para poner fin a esta dolorosa realidad, la OIT ha puesto en marcha varios programas
destinados acabar con el trabajo de menores en zonas como Mongolia, Níger, Tanzania
o en los Andes, iniciativas que han sacado a la luz la posibilidad de eliminar el
trabajo infantil, a través de la apertura de escuelas y estructuras sanitarias, sobre
todo en las regiones más pobres.