ONU-Santa Sede: prevención del crimen y la justicia penal
Jueves 28 abr (RV).- El tráfico de seres humanos y de armas, la corrupción, el respeto
de los prisioneros y de los menores han sido los temas que ha expuesto la Santa Sede
en el Congreso de las Naciones Unidas sobre la prevención del crimen y la justicia
penal que se ha celebrado en Bangkok. Mons. Salvatore Pennacchio, Nuncio Apostólico
en Tailandia, que encabezaba la delegación, enumeró algunas de las preocupaciones
de la Santa Sede en el contexto de la prevención del crimen y la justicia penal.
El Nuncio subrayó ante la asamblea que el flagelo del tráfico de seres humanos a menudo
es el responsable de la desesperación miles de mujeres y niños, las víctimas más vulnerables
a quienes se arrebata la esperanza de un futuro mejor. Un crimen particularmente relacionado
con la negación de la posibilidad de una inmigración regular y que coincide con el
surgimiento de un mercado de servicios proveniente de la inmigración irregular. Para
frenar este fenómeno creciente mons. Penacchio ha insistido en la importancia de que
los sistemas de justicia, nacionales e internacionales, identifiquen no sólo a los
criminales, sino también a las víctimas que han padecido el tráfico de seres humanos.
El prelado ha enfocado de la misma forma la venta y posesión de armas, cuestiones
íntimamente relacionadas con la construcción de la paz. “Es patente la existencia
de una conexión entre el crimen y el tráfico de armas que alimenta el terrorismo tanto
a nivel nacional como internacional. La reducción de la accesibilidad a las armas
de fuego facilitará sin duda el asentamiento de la paz y la seguridad”.
Otro de los puntos expuestos por el nuncio apostólico ha sido el de la corrupción
que arremete contra los mismos valores de la sociedad y constituye una seria amenaza
para la estabilidad de las naciones, a las que puede empobrecer.
En cuanto a los crímenes cometidos en situaciones de inestabilidad post bélica, mons.
Pennacchio ha advertido de su fuerza destructiva, porque en un escenario en el que
aún el sistema jurídico no ha sido restaurado, la población se enfrenta a la desilusión,
el escepticismo y la desesperación.