Los bienes culturales de interés religioso son parte del patrimonio cultural y artístico
de toda la humanidad
Jueves, 28 abr (RV).- “La comunidad internacional debe reconocer los bienes culturales
de interés religioso - como parte integrante del patrimonio cultural y artístico de
toda la humanidad – no sólo en su dimensión estética, sino también en su característica
de expresión histórica del testimonio de la fe y de los valores espirituales”. Es
la recomendación que presentó la Santa Sede, ayer en París, ante la asamblea plenaria
del consejo ejecutivo de la UNESCO, en el marco de los trabajos que se están desarrollando
sobre el proyecto de Convenio para la Protección de la Diversidad de los Contenidos
Culturales y Expresiones Artísticas. Mons. Francesco Follo puso de relieve la necesidad
de considerar el aspecto religioso, que no es un simple apéndice de la vida de cada
persona, sino que “forma parte de las legítimas aspiraciones humanas, que deben ser
justamente reconocidas, en la dignidad de todo individuo y de toda comunidad humana.
En su intervención, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura expresó el profundo
agradecimiento de la Iglesia católica por las condolencias presentadas por la UNESCO
ante el fallecimiento de Juan Pablo II, “conocido y apreciado también por los hombres
de todas las religiones y culturas, como verdadero testigo de la paz y valiente defensor
del diálogo y de los derechos humanos”.
Mon. Francesco Follo agradeció asimismo de todo corazón las felicitaciones recibidas
por la elección de Benedicto XVI y el entusiasmado homenaje que el presidente del
Consejo ejecutivo de la UNESCO ha dedicado al nuevo Papa. El Observador Permanente
de la Santa Sede reiteró el magisterio del pontífice fallecido y evocó el histórico
discurso de Juan Pablo II ante este organismo, en 1980, durante su primer viaje a
Francia.
Destacando en especial las palabras en las que el Papa invitaba a tutelar la “soberanía
fundamental que posee cada nación, en virtud de su propia cultura”, a “protegerla
como la niña de los ojos, por el bien del futuro de la gran familia humana”, Mons.
Follo recordó el apoyo total de la Santa Sede al proyecto de Convenio que debe garantizar,
como instrumento jurídico específico, “la salvaguarda de la diversidad de contenidos
culturales y expresiones artísticas, también como factores de desarrollo, aún en el
plano económico, de todos los pueblos, en especial de los más desfavorecidos”.
La Santa Sede señala la importancia de que los bienes culturales no se conciban como
objeto meramente económico y reitera la necesidad de que la UNESCO desarrolle el papel
que le corresponde de proteger y promover las características culturales respetando
su pluralismo. “Cuando la Iglesia afirma y apoya los derechos fundamentales de las
personas y de los pueblos, afirma y apoya asimismo el derecho de cada comunidad a
conservar y desarrollar su propia cultura, defendiéndola también contra toda homologación
forzada”.
En este contexto, la Santa Sede señala además la necesidad de dar más valor al papel
irremplazable de la sociedad civil en la gestión de la protección y de la promoción
de la diversidad cultural, teniendo en cuenta que “no son los Estados los que crean
la cultura, sino la fuerza viva de la libre asociación entre ciudadanos”. Sin olvidar
asimismo el papel de las instituciones educativas y de las universidades en la promoción
de la diversidad cultural, Mons. Follo hizo hincapié también en la importancia de
tener en cuenta las propuestas de la sociedad civil y de las Organizaciones no gubernamentales.