Las antiguas tradiciones de Baviera en el escudo del Pontífice
Martes, 26 abr (RV).- Benedicto XVI ha recogido en su escudo papal las antiguas tradiciones
de su patria natal, la región de Baviera. Todos los elementos de su blasón episcopal,
que tenía ya como arzobispo de Munich y de Frisinga y luego como prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, han pasado al nuevo escudo. En el blasón hay tres partes
bien determinadas. En el lóbulo izquierdo superior destaca la cabeza coronada del
moro de Frisinga, una cabeza de etíope que estaba presente ya en la antigua diócesis-principado
en 1316 y que ha perdurado hasta hoy. En el lóbulo derecho superior está dibujado
un oso con una albarda, el llamado oso del obispo Corbiniano; el obispo que anunció
el Evangelio en el siglo VIII en la antigua Baviera y es venerado como padre espiritual
y patrono de la Archidiócesis.
Y el tercer elemento es una concha diseñada
en el lóbulo central de la parte inferior. La concha del peregrino: del pueblo de
Dios peregrinante. La concha tiene distintos valores simbólicos, representa el mar
de la Divinidad y al mismo tiempo se relaciona con la personalidad del Papa Ratzinger
como teólogo y como estudioso de san Agustín. En la parte alta del blasón está
representada la mitra y no la tiara, como en los anteriores escudos papales, y de
bajo de éste, cuelga el palio del obispo metropolitano. Los colores del escudo están
todavía en fase de estudio.