2005-04-07 15:56:34

Cientos de voluntarios repartieron mantas, té caliente y galletas entre las miles de personas que han pasado la noche en las colas


Jueves 7 abr (RV).- Cientos de miles de fieles en cola en los barrios cercanos al Vaticano, y millones de peregrinos de todo el mundo rumbo a Roma para dar el último saludo al Papa Juan Pablo II. Un adiós fervoroso al Santo Padre, al Padre Santo, al pastor que ha guiado a la Iglesia de manera ejemplar en los últimos 27 años de pontificado.

Durante toda la mañana ha proseguido la masiva e interminable procesión hacia San Pedro, donde se encuentra la capilla ardiente del Papa. Una manifestación inmensa, ordenada, que dura ya 67 horas seguidas casi sin interrupción. Durante la noche la procesión de fieles avanzó a ritmo lento -en algunos momentos se tardaba una hora en recorrer diez metros-, y estuvo detenida desde las 2.00 hasta las 4.30 de la madrugada, cuando la capilla ardiente cerró por labores de mantenimiento y cambios de turno del personal de servicio.

Para aligerar la espera, varios cientos de voluntarios repartieron mantas, té caliente y galletas entre quienes han pasado la noche en las colas. Y con las primeras luces del alba la zona de la Vía de la Conciliación, que une Roma con el Vaticano, ha reiniciado esta “marcha de la paz”. Esta es la última Audiencia Pública que nos ha concedido el Papa Juan Pablo II. Esta es la última jornada después de 67 horas seguidas en las que el cuerpo del Pontífice, que tanto ha padecido en los últimos años ha permanecido en exposición, antes que la Basílica cierre a las diez de la noche sus puertas para comenzar los preparativos en vista de la solemne ceremonia litúrgica de las exequias papales de mañana viernes.

Durante la jornada de hoy se espera que llegue a Roma el grueso de las 200 delegaciones internacionales, entre ellas la española, integrada por los Reyes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Otras ya se encuentran en la capital italiana, como el presidente de EEUU, George W. Bush, que llegó anoche y desde el aeropuerto se dirigió directamente a visitar la capilla ardiente del Papa, donde permaneció unos minutos con su mujer, Laura, y una delegación en la que estaban los ex presidentes Bill Clinton y George Bush y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.

Las previsiones de los organizadores se están quedado cortas y ya se habla de que se superarán con creces los dos millones de visitantes calculados inicialmente, hasta el punto de que el Prefecto de Roma, Achille Serra, no descarta que se doble esa cifra.

El eco de esta peregrinación universal para rendir el último homenaje al Santo Padre, ha llegado a los puntos más remotos de la tierra. Oigamos el testimonio de un misionero claretiano, el padre Juan Sarmiento, rector de la parroquia de San Miguel Arcángel, una pequeña comunidad católica de Murmansk, situada en el Círculo polar ártico, en el norte de la Siberia rusa. RealAudioMP3







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