El Pontífice alienta a los clérigos marianos para que los santuarios “sigan siendo
siempre verdaderos ‘cenáculos’ de oración y acogida
Sábado, 12 mar (RV).- Juan Pablo II ha dirigido un mensaje a los participantes en
el capítulo general de los Clérigos Marianos, impulsándolos a perseverar en el carisma
original de este instituto y a discernir la forma de vivirlo en el actual contexto
socio cultural. Además de impulsar a los miembros de esta Congregación a ser “apóstoles
y testigos de la Misericordia Divina”, dedicando un cuidado especial a los jóvenes,
a los menesterosos, marginados y ancianos, el Santo Padre ha recordado al Fundador
de este Instituto, Venerable Siervo de Dios Estanislao de Jesús María Papczynski y
el testimonio cristiano de sus miembros, en especial de aquellos que sirvieron a la
Iglesia en condiciones de dificultad y riesgo.
En este Año Especial, el Papa alienta a estos hijos devotos de la Inmaculada Concepción
a mantener viva en sus corazones la llama de su amor a la Eucaristía y a la Madre
de Dios, para que los numerosos santuarios marianos que tienen encomendados en tantas
partes del mundo “sigan siendo siempre verdaderos ‘cenáculos’ de oración y acogida”.
De forma que “los peregrinos que acuden a rezar puedan experimentar la consoladora
intimidad con Cristo y se sientan alentados a seguir con alegría sus huellas”.