El mundo necesita hombres y mujeres que sientan la apremiante invitación a predicar
el Evangelio
Jueves, 10 mar (RV).- Finaliza hoy su viaje pastoral a México el prefecto de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos, cardenal Crescenzio Sepe. El último de los
encuentros del purpurado ha sido con los superiores mayores de los Institutos religiosos
y misioneros en la Casa General de los Misioneros de Guadalupe, en la Ciudad de México.
El cardenal Sepe ha retomado en su discurso la fecundidad misionera ya expuesta por
Juan Pablo II con términos muy vinculantes: “En la inagotable y multiforme riqueza
del Espíritu se sitúan las vocaciones de los Institutos de vida consagrada, cuyos
miembros, dado que por su misma consagración se dedican al servicio de la Iglesia
están obligados a contribuir de modo especial a la tarea misional, según el modo propio
de su Instituto” (Redemptoris missio, 69).
Tras subrayar que ante el ilimitado horizonte de la misión universal todavía queda
mucho por hacer, el prefecto ha resaltado que “hoy más que nunca, el mundo necesita
hombres y mujeres que sientan en sus corazones, como un fuego, la apremiante invitación
del Apóstol, ¡ay de mi si no predicara el Evangelio! (1 Cor 9, 16).
El cardenal Sepe ha alentado además a los superiores a “reafirmar con vigor la primacía
del anuncio de Jesucristo (cf. Redemptoris missio, 44), en América y desde América,
a los no creyentes y a los pueblos que todavía no conocen su Persona”.
“Los Superiores y Superioras que sabrán apostar por la misión ad gentes, expresión
dinámica de la caridad que “a partir de la comunión intraeclesial se abre por su naturaleza
al servicio universal” (Novo millennio ineunte, 49), obtendrán una profunda renovación
de sus Institutos: Un aumento del fervor de la vida consagrada en la castidad, pobreza
y obediencia; el desvanecimiento de tensiones internas que debilitan y desgarran algunas
comunidades, y, en fin, un crecimiento de las vocaciones, pues ¡la fe se renueva dándola!”