El himno eucarístico ‘Adoro te devote’ en la primera meditación de Cuaresma
Viernes, 25 feb (RV).- En la Eucaristía está presente no sólo el Crucificado sino
también el Resucitado. Y el profundo nexo teológico entre la Eucaristía y la Resurrección
crea a su vez el nexo entre eucaristía y domingo. El padre Cantalamessa ha señalado
esta secuencia de vínculos doctrinales como el origen del domingo cristiano. El predicador
de la Casa Pontificia ha continuado hoy en esta primera meditación de Cuaresma el
recorrido que inició en las predicaciones de Adviento centradas en el himno eucarístico
Adoro te devote.
La cuarta estrofa de esta composición, según ha explicado el padre Cantalamessa quiere
demostrar que la Eucaristía está en estrecha relación tanto con la muerte que con
la Resurrección de Cristo, y para hacerlo ha recurrido a la figura del apóstol Tomás:
“hay una profunda analogía entre la situación de Tomás y la del creyente en la misa.
En cada Eucaristía es como si Jesús entrase de nuevo en el lugar de la celebración...,
en la comunión. No sólo nos permite entrar en su pecho, sino que también Él penetra
en el nuestro”.