Situación preocupante en el Sahel, 25 años después del llamamiento de Juan Pablo II
por las poblaciones africanas afectadas por la sequía
Viernes, 18 feb (RV).- Hace 25 años, el 10 de mayo de 1980, Juan Pablo II lanzaba
en Ouagadougou un llamamiento solemne en favor de las poblaciones del Sahel, gravemente
afectadas por la sequía y la desertificación progresiva. Un gran esfuerzo común surgió
después del llamamiento del Papa en distintas partes del mundo. Muchas naciones, organismos
e instituciones respondieron rápidamente y cooperaron con generosidad en favor de
centenares de miles de personas que se encontraban en condiciones verdaderamente precarias.
Un impulso de iniciativas concretas surgió de aquella alarma del Papa que consiguió
poco después fraguarse en algo concreto con la creación de la Fundación vaticana Juan
Pablo II para el Sahel, cuya gestión directa quiso poner su Santidad en manos de los
representantes de los Episcopados de los nueve países interesados, mientras que la
representación legal fue confiada al presidente del Consejo Pontificio Cor Unum.
Ahora, 25 años después, el Papa agradece el trabajo eficaz e intenso de esta fundación
providencial a través de una carta que en su nombre ha enviado el secretario de estado
cardenal Angelo Sodano a mons. Seraphin Rouamba, presidente de la Fundación Juan
Pablo II para el Sahel. En ella se dice que se han podido constatar los frutos y que
gracias a la Fundación ha sido posible hacer llegar a las poblaciones muchas ayudas
y financiar una cantidad considerable de proyectos con resultados positivos. Proyectos
que han permitido a las poblaciones ser más responsables en su desarrollo armonioso
e integral.
Pero a pesar de ello, a pesar del compromiso de los países africanos vecinos y de
Comunidad Internacional la situación continua siendo preocupante. Por ello el Santo
Padre renueva su llamamiento y anima a que se desplieguen todos los esfuerzos posibles
para superar los numerosos problemas que aquejan a esta vasta zona de África. De especial
modo se habla del agua, del agua potable. El Santo Padre alienta todos los esfuerzos
que favorezcan una distribución mas justa de los recursos hídricos acompañados de
políticas ambientales apropiadas.