El Papa le pide a los enfermos que ofrezcan sus oraciones y sufrimientos por la Iglesia,
por el mundo y por su misión de Pastor universal del pueblo cristiano
Viernes, 11 feb (RV).- “El Papa cuenta con el valor de sus oraciones y de sus sufrimientos:
ofrézcanlos por la Iglesia y por el mundo; ofrézcanlos también por mí y por mi misión
de Pastor universal del pueblo cristiano”. Esta es la exhortación del Santo Padre
Juan Pablo II en su Mensaje a los enfermos y peregrinos que participaron esta tarde
en la Basílica de San Pedro en la Santa Misa para la Obra Romana de Peregrinaciones
y la UNITALSI, que fue presidida por el Cardenal Camillo Ruini, Vicario de Su Santidad
para la Diócesis de Roma.
En su Mensaje, que fue leído durante la Celebración,
el Papa les dice que “la sugestiva Celebración eucarística y mariana en San Pedro
asume un significado particular en el día de la memoria litúrgica de la Bienaventurada
Virgen María de Lourdes”, pues “la conmemoración del 11 de febrero nos hace regresar
con el pensamiento a la gruta de Massabielle, en los pirineos franceses, donde en
1858 la Virgen se manifestó en 18 ocasiones a santa Bernardita Soubirous”.
“Desde
aquella gruta, que se ha convertido en lugar de oración y de esperanza para tantos
peregrinos provenientes de todas partes del mundo –prosigue Juan Pablo II-, la Inmaculada
continúa invitando a la oración, a la penitencia y a la conversión. Es el mismo mensaje
de Cristo –“Convertíos y creed en el Evangelio”- que nos ofrece la liturgia de la
Cuaresma, recién iniciada. ¡Acojámoslo con humilde y dócil adhesión!”, indica el Pontífice,
quien subraya que “la forma en que acuden los enfermos y los que sufren a los pies
de la Virgen constituye una incesante exhortación a confiar en Cristo y en su Madre
celestial, que nunca abandonan a quienes se dirigen a ellos en el momento del dolor
y de la prueba”.
Tras recordar que “al morir en la cruz, Cristo, el hombre
del dolor, ha cumplido el diseño de amor del Padre y ha redimido al mundo”, el Santo
Padre escribe a los enfermos que si a los sufrimientos de Cristo “unen sus penas,
podrán ser sus privilegiados cooperadores en la salvación de las almas” y les recuerda
que “esta es su tarea en la Iglesia, que siempre es muy consciente del papel y del
valor de la enfermedad iluminada por la fe”. “Por tanto, nunca es inútil su sufrimiento,
queridos enfermos”, les dice el Papa, quien precisa que “es más, es precioso, porque
es el compartir misterioso pero real de la misma misión salvífica del Hijo de Dios”.
“Por
eso, el Papa cuenta tanto con el valor de sus oraciones y de sus sufrimientos: ofrézcanlos
por la Iglesia y por el mundo; ofrézcanlos también por mí y por mi misión de Pastor
universal del pueblo cristiano”, escribe Juan Pablo II, quien a continuación indica
que “desde la Basílica de San Pedro, la mirada se extiende a las muchas otras localidades
donde hoy se reúnen las comunidades cristianas, con ocasión de la XIII Jornada Mundial
del Enfermo y, en particular, al Santuario 'María Reina de los Apóstoles', en Yaundé,
Camerún, donde tienen lugar las principales celebraciones de este importante evento
eclesial, sobre el tema 'Cristo, esperanza para África'”.
Y tras indicar que
“el continente africano, junto a la humanidad entera, necesita experimentar el amor
misericordioso del Señor y el sostenimiento de la Virgen Santa, sobre todo en los
momentos de la fatiga y de la enfermedad”, el Santo Padre concluye invocando a la
Virgen María, “Mujer del dolor y de la esperanza, para que sea benigna con quien sufre;
obtenga plenitud de vida para cada uno” y “estreche a todos a su corazón de Madre”.