Febrero: intención general para el Apostolado de la Oración
Viernes, 11 feb (RV).- “Por los enfermos, en especial por los más pobres, para que
se les proporcionen atenciones y cuidados médicos dignos de seres humanos”. Es la
intención general que presenta Juan Pablo II para el Apostolado de la Oración en este
mes de febrero. Intención que, cobrando especial significado al coincidir con su hospitalización,
es, desde siempre, una de sus principales preocupaciones.
“Cada día me dirijo espiritualmente en peregrinación a los hospitales y a los centros
sanitarios, donde viven personas de toda edad y de toda clase social”, afirmaba el
Papa – el Año 2000 - en su Mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo. Jornada,
querida por el mismo Pontífice que ha elegido, como telón de fondo para sus celebraciones
de este 2005, el Santuario de María Reina de los Apóstoles, en Yaoundé, Camerún, con
el lema “Cristo, esperanza para África”.
Explicando que esta elección dará la oportunidad de manifestar una “solidaridad concreta”
a las poblaciones del continente africano, “agobiadas por carencias sanitarias”, Juan
Pablo II hace hincapié en la importancia de que los cristianos de África asumieron,
hace diez años, al celebrarse la tercera Jornada Mundial del Enfermos, de “ser buenos
samaritanos” de los hermanos y hermanas que atraviesan situaciones de dificultad.
El Santo Padre no deja de señalar que, a pesar de los avances de la ciencia todavía
hay hombres y mujeres – sobre todo en los países más pobres – no tienen acceso, por
desgracia, a los servicios de la sanidad y a los medicamentos esenciales para curarse.
Gran número de hermanos y hermanas mueren cada día de SIDA, malaria, lepra, ante la
indiferencia general de quienes podrían o deberían prestarles ayuda.
Lamentando que numerosas enfermedades, en especial el SIDA, destruyen y “siembran
dolor y muerte en numerosas zonas de África, Juan Pablo II pone de relieve también
que “los
conflictos y las guerras, que afectan a no pocas regiones africanas, hacen más difíciles
las intervenciones encaminadas a prevenir y curar esas enfermedades. En los campos
de prófugos y refugiados se encuentran a menudo personas privadas incluso de los víveres
indispensables para sobrevivir”.
Para “poner fin a estas tragedias”, el Papa exhorta a “quienes tienen la posibilidad
que no dejen de comprometerse a fondo, sin cesar”, con tal fin. Y asimismo, recuerda
“a los responsables del comercio de armas lo que escribí en aquel documento: "Los
que alimentan las guerras en África mediante el tráfico de armas son cómplices de
odiosos crímenes contra la humanidad".
Finalizamos este espacio con la ferviente oración que Juan Pablo II dirige a la Madre
de Dios al concluir su Mensaje, fechado el 8 de septiembre de 2004 – festividad de
la Natividad de la Santísima Virgen María - con motivo de la XIII Jornada Mundial
del Enfermo:
María, Virgen Inmaculada,
Mujer del dolor y de la esperanza,
sé benigna con toda persona que sufre
y obtén a cada uno la plenitud de vida.
Dirige tu mirada materna
especialmente hacia los que en África
se encuentran más necesitados,
al estar afectados por el SIDA
o por alguna otra enfermedad mortal.
Mira a las madres que lloran por sus hijos;
mira a los abuelos que carecen
de suficientes recursos
para sostener a sus nietos
que han quedado huérfanos.
Abraza a todos con tu corazón de Madre.
Reina de África y del mundo entero,
Virgen santísima, ruega por nosotros.