El Compendio de la doctrina social de la Iglesia contiene las coordenadas de una nueva
sociedad
Domingo, 6 feb (RV).- “Promover y sembrar en los surcos de la civilización contemporánea
un humanismo integral y solidario, abierto a la trascendencia” es una de las finalidades
principales del Compendio de la doctrina social de la Iglesia, recientemente publicado
por el Consejo Pontificio de la Justicia y de la Paz.
El Presidente del Dicasterio vaticano, cardenal Renato R. Martino al presentarlo ayer
en la Escuela de Formación para el Compromiso Social del Instituto Veritatis Splendor
de Bolonia en Italia, lo ha definido como el manifiesto de un nuevo humanismo, ya
que “en él se encuentran las coordenadas que inspiran y programan, ideal e históricamente,
una nueva sociedad, para responder a las exigencias siempre vivas del Evangelio en
el corazón de los hombres y de las ciudades”.
Para el cardenal Martino un humanismo integral y solidario sólo se puede poner en
marcha a través de proyectos elaboradas y realizados en base a una cultura social
y política común. De aquí proviene la importancia del Compendio para conducir la
doctrina social fuera de los muros cerrados del ámbito clerical y del intra eclesial,
convirtiéndose así en un instrumento “para elaborar una cultura social y política
común, volviendo a descubrir el gusto de una presencia unitaria y coherente, que no
se somete ante la cultura de hoy”.
El Presidente de Justicia y Paz ha insistido también en la exigencia de realizar “una
acción unitaria para mostrar la eficacia de los proyectos que encuentran su inspiración
formal en el contenido de verdad de la doctrina social de la Iglesia”. “Si un tiempo
– ha añadido el purpurado – el tradicionalismo social y el contexto de cristiandad
difuso posee de modo bastante implícito un horizonte cultural común además que de
fe, hoy debe ser construido con un mayor esfuerzo”. De suyo el Compendio “invita no
sólo a pensar, sino también a actuar juntos”.
De aquí se deriva la conclusión del cardinal Martino: “a pesar de dejar abierta la
multiplicidad de las formas de presencia en la sociedad, sería un hecho positivo que
los laicos católicos, sobretodo por medio de las asociaciones y los movimientos, descubriesen
también proyectos concretos y de amplias miras, significativos para dar calidad a
una presencia que se debe proyectar y cumplir todos juntos. La realización de proyectos
concretos comunes facilitaría un compromiso social y político de los católicos, no
sólo a nivel de la fe y de los valores, sino también en la cultura social y política”.