Viernes, 4 feb (RV).- Hoy queremos retomar un tema planteado por el Santo Padre hace
un par de meses, y que tiene que ver exactamente con la formación crítica de los televidentes,
dada la gran difusión del medio televisivo en nuestras modernas sociedades. El Pontífice
recibió en audiencia a la Asociación Italiana de Telespectadores y Radioyentes, con
motivo de sus 50 años, y cuyo objetivo es dedicar su atención a la tutela y a la promoción
de los valores y de los derechos de la persona humana y de la familia en el ámbito
de la comunicación radiotelevisiva. A ellos el Papa dedicó un mensaje, en el que resalta
diversos elementos importantes que hoy retomaremos como eje para nuestras reflexiones
en familia.
Esta asociación de telespectadores y radioyentes tiene “el doble objetivo de formar
críticamente a los usuarios y de hacer oír su voz, en particular, cuando un programa
lesiona la dignidad de las personas, sobre todo de los menores”. De ahí que el Pontífice,
en su mensaje, señalara que las razones que motivaron el nacimiento de la asociación
hace 50 años, todavía son válidas hoy, en la medida en que en nuestras sociedades
mediáticas se necesita más insistencia y valor para cultivar el gusto de lo bello,
acompañándolo con la sensibilidad por el bien y por lo verdadero.
En este contexto, “es indispensable ayudar a los usuarios, particularmente a las familias,
a un uso maduro del medio televisivo para saber discernir con equilibrio y sabiduría
los programas que están en sintonía con la visión cristiana del mundo y del hombre”,
exhorta en su mensaje el Papa Juan Pablo II.
Es la comunicación, en todas sus formas, la que “debe inspirarse en el criterio del
respeto de la verdad y de la dignidad humana”, recuerda el Papa aludiendo al mensaje
de este año para laJornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
.
Y es que “las legítimas exigencias de la información y del mundo del espectáculo deben
ir armonizadas con los derechos de los individuos y de las familias, sin ceder jamás
a las ilusiones de quien quiere confundir la verdad con la opinión, y evitando con
cuidado que los aspectos más sagrados e íntimos de la vida familiar sean expuestos
como un espectáculo y a la vulgarización banal”.
En este contexto, la finalidad de esta asociación de “promover la dignidad de la personas,
de la familia, de la escuela y la protección de los derechos y de los intereses morales,
espirituales y culturales de los ciudadanos” es “un servicio precioso para la comunidad
cristiana y la sociedad civil”, que por tanto se debe seguir fortaleciendo, en particular
cuando se busca proteger en primer lugar la familia y la vida familiar.
Y aunque es necesario reconocer que en este mundo globalizado, cuyo desarrollo tecnológico
lleva a umbrales no imaginados nuestras comunicaciones, “es preciso fomentar y particularmente
fortalecer ciertas actividades que ayudan a los nobles objetivos de este tipo de organizaciones
sociales, por ejemplo el cultivar un diálogo constructivo entre las familias y los
trabajadores del mundo televisivo, favoreciendo una seria reflexión ética, tanto más
necesaria para quienes trabajan en el ámbito de la comunicación social”.
De manera particular los grupos o asociaciones defensoras del televidente como ésta
italiana, contemplan de manera particular defender la dignidad de los menores, niños
y niñas a quienes se consideran el público más vulnerable de los medios masivos, pues
el mercado puede moldear fácilmente sus gustos, necesidades informativas y hasta las
expectativas de recreación, alejando las conciencias de los más pequeños de verdaderos
criterios y valores humanos.
De ahí que entre las iniciativas que adelantan este tipo de asociaciones se enumeren
la “denuncia” de hechos ofensivos o agresivos a la verdad cristiana y los valores”,
pues si bien la televisión puede ser considerada como un gran recurso, puede también
acarrear grandes males, por ello la “formación” -principalmente de jóvenes, expertos
y formadores-, desarrollada sobre todo en colaboración con la escuela y la “monitorización
de los programas” es una gran herramienta para promover televidentes críticos y activos
frente a los mensajes televisivos o de los medios en general.
Textos: Alma García Gómez - Locución: Alina Tufani Díaz