Misa de sufragio por las víctimas del maremoto del sudeste asiático
Lunes, 24 ene (RV).- El cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, presidió en
nombre del Juan Pablo II una solemne ceremonia eucarística en la basílica de San Pedro
por las víctimas del maremoto del sudeste asiático. Una misa en la que el cardenal
instó a buscar "la luz de la fe en el misterio del dolor". Ante la “enorme tragedia
del seísmo”, que provocó más de 200 mil muertos, “el hombre se sintió, una vez más,
bien poca cosa frente a la complejidad del planeta en que vivimos", dijo el purpurado
durante la misa, en la que participaron representantes de los países afectados por
el tsunami: de Indonesia a Sri Lanka, de la India a las Islas Maldivas, de Bangladesh
y Myanmar, de Tailandia y Malasia. El cardenal Sodano insistió en que el sufrimiento
y el dolor son misterios no desvelados "que huyen al entendimiento de la razón humana",
pero "el ojo de la fe hace ver al creyente que Dios está siempre junto a nosotros",
señaló el cardenal Sodano, que precisó que “muchos se han preguntado si la fe cristiana
tiene una respuesta ante al enigma del dolor. Y la respuesta es que sí: Dios ama siempre
a los hombres y siempre está a su lado con amor de Padre”.
“La Palabra de Dios
que ha sido proclamada en esta Santa Misa resuena en el mundo con una fuerza aún
mayor que la del tsunami”, señaló el secretario de Estado, que comentó luego las palabras
del Libro de Job, tras las pruebas dolorosas que sufrió este santo varón: “El Señor
me lo dio, el Señor me lo quitó, alabado sea el nombre del Señor.” Cristo no nos ha
quitado el sufrimiento, pero tampoco ha desvelado su misterio”.
El Papa "ha
seguido personalmente todas las iniciativas adoptadas por la Santa Sede", dijo el
cardenal Sodano en su homilía, antes de recordar que Juan Pablo II ha visitado durante
su Pontificado los países afectados "mostrando un gran interés por el progreso material
y espiritual de sus poblaciones". Ya desde un primer momento, Juan Pablo II, tras
conocer la noticia de la tragedia, expresó su profundo dolor e hizo un llamamiento
a la comunidad internacional para que llevara ayuda a las poblaciones afectadas. El
secretario de Estado reiteró la invitación del Papa a mostrar una solícita solidaridad
con las víctimas del tsunami asiático, que ha dejado más de 5 millones de damnificados
y cientos de miles de personas sin casa. Una solidaridad que luego se ha hecho patente
con todas las poblaciones afectadas a través de ayudas de todo el mundo.