2005-01-14 16:31:23

El Santo Padre concede indulgencia plenaria por actos de veneración al Santísimo Sacramento durante este año de la Eucaristía


Viernes, 14 ene (RV).- Con el fin de exhortar a los fieles durante este Año de la Eucaristía a un conocimiento más profundo y un amor más intenso al inefable “Misterio de la fe”, y para que obtengan cada vez más abundantes frutos espirituales, durante la Audiencia concedida a los Moderadores de la Penitenciaría Apostólica el pasado 17 de diciembre, el Santo Padre ha querido enriquecer de Indulgencias algunos determinados actos de culto y devoción al Santísimo Sacramento.

Así se anunció este viernes en un Decreto de la Penitenciaría Apostólica, fechado el 25 de diciembre de 2004 y firmado por el Cardenal James Francis Stafford y el Padre Gianfranco Girotti, respectivamente Penitenciario Mayor y Regente de la Penitenciaría Apostólica.

En el Decreto se anuncia que “se concede indulgencia plenaria según las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice, con el alma totalmente desprendida del afecto a cualquier pecado), cada vez que los fieles participen con atención y piedad en una ceremonia sagrada o en un servicio piadoso en honor del Santísimo Sacramento, expuesto solemnemente o conservado en el tabernáculo”.

“También se concede, con las condiciones citadas anteriormente, la indulgencia plenaria al clero, a los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica y a los otros fieles obligados por ley al rezo de la Liturgia de las Horas, además de los que están acostumbrados a rezar el Oficio Divino por pura devoción, cada vez que al final de la jornada recen ante el Señor presente en el sagrario, o en común, o de forma privada, Vísperas y Completas”.

En el Decreto se anuncia asimismo que “los fieles que por enfermedad u otras causas justas no puedan visitar el Santísimo Sacramento de la Eucaristía en una iglesia u oratorio, podrán conseguir la indulgencia plenaria en su propia casa o en cualquier lugar donde se encuentren a causa del impedimento si con la intención de observar las tres condiciones habituales, hacen espiritualmente la visita con el deseo del corazón y rezan el Padre Nuestro y el Credo añadiendo una invocación piadosa a Jesús Sacramentado”. Y “si ni siquiera pudieran hacerlo, obtendrán la indulgencia plenaria si se unen con deseo interior a los que practican de forma ordinaria la acción prescrita para la indulgencia y si ofrecen a Dios misericordioso la enfermedad y los problemas de su vida”.

El Decreto también pide a los sacerdotes que desempeñan ministerio pastoral, sobre todo a los párrocos, que, “teniendo presentes las ‘Sugerencias y propuestas’ indicadas el 15 de octubre de 2004 por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, informen a los fieles de la forma más conveniente sobre esta saludable disposición de la Iglesia y se preparen con espíritu disponible y generoso a confesarlos y a guiarlos de forma solemne en las oraciones públicas ante Jesús Sacramentado”.

Y por último, les pide que “al impartir la catequesis, exhorten a los fieles a testimoniar abiertamente y a menudo su fe y veneración al Santísimo Sacramento tanto en las procesiones y adoraciones eucarísticas como en la comunión espiritual y eucarística”.







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