2005-01-14 15:04:38

La falta de casas y sus altos precios, obstáculos para la formación de nuevas familias


Jueves, 13 ene (RV).- Como suele hacer por estas fechas, el Obispo de Roma ha recibido al presidente de la Región del Lacio, en la que se encuentra la capital italiana, al alcalde de la misma y al presidente de la Provincia romana, para el tradicional intercambio de felicitaciones de comienzos de año, junto con sus colaboradores y los responsables de las mencionadas administraciones. El Papa ha extendido sus parabienes a todos los habitantes de Roma, de su provincia y de la región lacial, deseando que el 2005 sea un año de serenidad, de crecimiento espiritual y civil y de paz.

Juan Pablo II ha comenzado su discurso expresando su profunda satisfacción por la aprobación del Estatuto de la Región del Lacio, que “además de poner de relieve el papel de Roma como centro del Catolicismo, reconoce explícitamente la primacía de la persona y el valor fundamental de la vida”. Sin olvidar el reconocimiento de “los derechos de la familia, sociedad natural fundada sobre el matrimonio, con el propósito de sostenerla en el cumplimiento de su función social, contemplando también de forma explícita el Observatorio regional permanente sobre las familias”.

Refiriéndose asimismo al Estatuto de la Región del Lacio, el Santo Padre ha destacado luego la importancia de que el mismo garantiza también “el derecho al estudio y la libertad de elegir la educación”. Otro motivo de satisfacción señalado por Juan Pablo II es la firma del “Protocolo de entendimiento entre el Vicariato, el Ayuntamiento y la misma Región en lo que respecta a la realización de nuevos conjuntos parroquiales en las periferias de la ciudad”.

“Acuerdo, justamente inspirado en el principio de subsidiaridad, que agilizará la construcción de parroquias nuevas que, además de brindar cuidado pastoral, desarrollan la función de centros de agregación social y de recalificación urbanística”, ha destacado el Papa, poniendo de relieve luego que el citado Protocolo prevé asimismo “junto con otras iniciativas de carácter social, la colaboración entre la Iglesia y las instituciones del ayuntamiento, de la provincia y de la región para la promoción de eventos culturales que valoricen nuestro gran patrimonio artístico, histórico y espiritual”.

El Pontífice ha enumerado luego algunos problemas que merecen especial atención de parte de las autoridades, señalando en primer lugar el de la vivienda, en particular para las familias jóvenes con modestos recursos económicos. Y ha exhortado a las instituciones a cumplir un esfuerzo conjunto en este sector, debido a “las implicaciones sociales que la falta de viviendas adecuadas conlleva para la constitución de familias nuevas y la procreación de los hijos”.

Tras referirse también a los tristes fenómenos de toxicomanía y de marginación juvenil - invitando a las mismas instituciones a preservar el futuro de la juventud - el Papa ha citado también las dificultades que el tráfico urbano crea en la vida cotidiana de numerosas personas y familias, con el anhelo de que las autoridades responsables afronten este problema de forma orgánica, resolviendo los problemas de la viabilidad y de los transportes urbanos.







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