Acabado este 2004, cada cuatro segundos se sigue produciendo una muerte por hambre
en el mundo
Martes, 28 dic (RV) En el mundo 852 millones de personas pasan hambre diariamente,
es decir más del 30 por ciento de la población mundial, pero no todos de forma igual,
porque de estos más de ochocientos millones de personas hambrientas, casi la totalidad
pertenecen a países en vías de desarrollo, como denuncia la Organización de Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). No podemos olvidar que cada cuatro
segundo se produce una muerte por hambre y que cada año seis millones de niños menores
de 5 años mueren por hambre, además, cada año 20 millones de lactantes nacen con insuficiencia
de peso en el mundo en desarrollo.
La FAO denuncia las pocas iniciativas adoptadas para paliar el hambre en el mundo,
“si bien los recursos necesarios para evitar con eficacia esta tragedia humana y económica
son minúsculos en comparación con los beneficios de invertirlos en esta causa”, afirma
este organismo de la ONU.
Precisamente un compromiso de este calibre se tomó en 2000, cuando 189 países se comprometieron
ante Naciones Unidas a reducir a la mitad para 2015, el número de personas que viven
en la extrema pobreza, para ello, los países adoptaron un paquete de medidas conocidas
como Objetivos de Desarrollo del Milenio, cuyo primer objetivo era y es conseguir
el acceso universal para las niñas a la educación primaria y secundaria en 2005, meta
que aún está muy lejos e ser alcanzada.
En 1970 los países más ricos se comprometieron a destinar el 0,7% de su PIB en ayuda
al desarrollo. 34 años más tarde, tan sólo cinco de los 22 países donantes lo ha cumplido.
Un informe de Intermon Oxfam desvela que entre estos países no se encuentra ninguno
de los miembros del G8 (
Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, y Rusia),
y que en muchos casos el porcentaje que éstos destinan a la cooperación, ha disminuido
alcanzando “cifras irrisorias” según el informe de Oxfam. Durante este año, sólo España
y Reino Unido han establecido plazos para alcanzar ese 0’7% mientras otros países
donantes no han establecido fechas.
Esta misma denuncia la ha lanzado la FAO, añadiendo que esta falta de confianza en
los países en vías de desarrollo es contraproducente, porque sí es posible un avance
en estas zonas del globo, así, el informe de este organismo de la ONU desvela que
más de treinta países - Angola, Benín, Chad, Chile, Costa Rica, Cuba, Gabón, Ghana,
Guinea, Guyana, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Haití, Indonesia, Jamaica, Kuwait,
Lesotho, Malawi, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Namibia, Nigeria, Perú, República
del Congo, Siria, Tailandia, Uruguay y Vietnam – que comprenden casi la mitad de la
población del mundo en desarrollo, no sólo han ofrecido pruebas de que un rápido progreso
es posible, sino también han dado lecciones de cómo lograrlo, reduciendo su porcentaje
de víctimas del hambre por lo menos de un 25%. En África Subsahariana la proporción
de personas desnutridas “cayó del 36% - cifra que se mantenía desde el periodo 1990-
1991, al 33%”.
Para cumplir los objetivos de la Cumbre Mundial sobre Alimentación y los Objetivos
de Desarrollo del Milenio, la FAO recomienda que los países adopten programas a gran
escala para promover principalmente la agricultura y el desarrollo rural, de los cuales
dependen los medios de subsistencia de la mayoría de las personas pobres y que pasan
hambre, dando también prioridad a las medidas que tengan un impacto inmediato en la
seguridad alimenticia de millones de personas vulnerables.
La Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social precisaba, en 1969,
que es necesaria “la eliminación del hambre y la malnutrición y la garantía del derecho
a una nutrición adecuada”. Asimismo, la Declaración universal para la eliminación
definitiva del hambre y de la malnutrición, aprobada en 1974, dice que toda persona
tiene el derecho inalienable de ser liberada del hambre y de la malnutrición para
poder desarrollarse plenamente y conservar sus facultades físicas y mentales.
En este sentido y para combatir la pobreza el Vaticano se ha demostrado como uno de
los pilares más fuertes junto a innumerables asociaciones de voluntariado, católicas
y laicas, que día a día, todos juntos luchan contra esta pandemia que azota al mundo.
La Iglesia, por tanto, hace un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad a
realizar esa tarea de titanes.
El Concilio Vaticano II afirmaba: “Habiendo como hay tantos oprimidos actualmente
por el hambre en el mundo, el sacro Concilio urge a todos, particulares y autoridades,
a que recuerden aquella frase de los Padres: " Alimenta al que muere de hambre, porque,
si no lo alimentas, lo matas ". Esa advertencia solemne invita a comprometerse firmemente
en la lucha contra el hambre”. A través de estas palabras se expresaba el arzobispo
Paul Josef CORDES, Presidente Pontificio Consejo Cor Unum, sobre “El hambre en el
mundo, un reto para todos: desarrollo solidario”. Porque como dice en su mensaje final:
el hambre es un reto que tenemos que afrontar todos juntos.