Que las antiguas raíces cristianas del continente europeo inspiren a los pueblos del
Viejo Continente caminos de paz y de colaboración mutua. La reflexión del Papa en
su discurso al nuevo Embajador de Lituania ante la Santa Sede
Lunes, 6 dic (RV).- Que las antiguas raíces cristianas del continente europeo inspiren
a los pueblos del Viejo Continente caminos de paz y de colaboración mutua. Esta fue
la reflexión del Santo Padre en su discurso al nuevo Embajador de Lituania ante la
Santa Sede, Algirdas Saudargas, a quien recibió en Audiencia este lunes con ocasión
de la presentación de sus Cartas Credenciales.
Tras recordar la Visita que realizó en 1993 a Lituania y subrayar las raíces cristianas
que durante siglos han inspirado a ese país, el Papa expresó su esperanza de que “los
representantes de los ciudadanos lituanos se comprometan con ánimo sincero a construir
una sociedad libre sobre sólidas bases éticas y morales, fundadas en el noble patrimonio
de ideales humanos y evangélicos que distinguen la historia de la nación”.
En este sentido, Juan Pablo II exhortó a los católicos a “colaborar con todas las
personas de buena voluntad para evitar que la sociedad lituana también se vea influenciada
por el modelo secularizado y hedonista de la vida y sus fáciles seducciones”, y, al
respecto, precisó que “los creyentes están dispuestos a caminar al lado de quienes
favorecen la defensa de la familia y de la vida, desde su concepción hasta la muerte
natural”.
Al final de su discurso, el Santo Padre expresó su alegría por el ingreso de Lituania
en “la asamblea de Naciones de Europa Unida”. “Quiera Dios que este Continente –concluyó
el Pontífice- sepa encontrar las formas y los caminos para construir la paz y la prosperidad
en un clima de fructífera colaboración, respetando las culturas y los derechos legítimos
de todos, y persiguiendo como objetivo el bien de las personas y de toda Europa, desde
el Atlántico a los Urales”.