La Santa Sede apuesta por una urgente y amplia prevención para frenar el terrible fenómeno del turismo sexual

Sábado, 4 dic (RV).- Cada vez más urgente una amplia prevención ante el terrible fenómeno del turismo sexual, de la explotación de los niños y del perverso comercio con fines pederastas. Es la recomendación de la Santa Sede ante la 74 sesión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo.

Ante el terrible fenómeno y plaga social del turismo sexual, de la explotación de los niños, del perverso comercio con fines pederastas. Ante estas violencias que se están difundiendo cada vez más, hay que poner en marcha, con urgencia, una amplia y profunda obra de prevención. Es la recomendación de la Santa Sede ante la 74 sesión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo, presentada por Mons. Piero Monni, Observador Permanente de la misma Santa Sede ante la OMT.

Tras reiterar la importancia de la educación y formación que colme el actual vacío de conciencias», el representante de la Santa Sede lamentó que «el silencio de las instituciones» que no favorece la recuperación de los valores humanos fundamentales. Asimismo el prelado señaló la necesidad de «profundizar en las causas del difuso incremento pederasta y de evaluar sus efectos».

«La Santa Sede quiere reiterar, una vez más, la denuncia de estas desviaciones y al mismo tiempo quiere impulsar todo lo que supone el turismo sano, subrayando sus aspectos formativos». Mons. Piero Monni advirtió también que «las cada vez más frecuentes vacaciones con abusos, perpetradas por turistas del sexo, se promueven por medio de propagandas que se difunden también por vías las telemáticas de la red». Por lo que se deben intensificar las acciones de control, en el respeto de las garantías de las libertades fundamentales.

El mismo representante de la Santa Sede ante la Organización Mundial del Turismo señaló, en este contexto, que «a pesar de que en los últimos años se ha intensificado el apoyo de la comunidad internacional y de las estructuras nacionales y religiosas en defensa y sostén de los menores víctimas de semejantes delitos», aún se asiste a una persistente aquiescencia de no pocas instituciones sobre problemas que inciden en el tejido social, sobre todo sobre los más débiles y, en este caso, precisamente sobre los niños».