Promover los valores cristianos, defendiendo la verdad, la justicia y la solidaridad.
La reflexión del Papa en su discurso a los participantes en el Encuentro promovido
por la Federación Italiana de Semanarios Católicos
Viernes, 3 dic (RV).- Promover los valores cristianos, defendiendo la verdad, la justicia
y la solidaridad. Esta fue la reflexión del Santo Padre en su discurso a los participantes
en el Encuentro promovido por la Federación Italiana de Semanarios Católicos, a quienes
recibió en Audiencia esta mañana.
Tras subrayar que “gracias a Dios, Italia
posee una rica tradición de semanarios católicos, con luminosas figuras de sacerdotes
y laicos, que han marcado su historia”, el Papa indicó que “la contribución de los
periodistas católicos es muy preciosa también hoy, tanto a nivel pastoral como a nivel
cultural y social”.
En este sentido, Juan Pablo II resaltó que los periodistas
católicos “ofrecen, ante todo, un servicio de información sobre la vida de la Iglesia,
junto con oportunas ayudas de documentación y profundización acerca de las iniciativas
eclesiales y sus contenidos” y, al respecto, subrayó la válida contribución de los
semanarios diocesanos.
De ellos, el Santo Padre resaltó que contribuyen a “impregnar
a las familias, las parroquias y las ciudades con los valores cristianos que forman
parte del gran patrimonio espiritual del pueblo italiano”, en particular, “la tutela
de la vida humana en su integridad, el matrimonio y la familia, que una malentendida
cultura de los ‘derechos personales’ tiende a desnaturalizar, y los valores de la
verdad, la justicia y la solidaridad”.
Y tras agradecerles por “el servicio
que prestan a la edificación de la civilización del amor”, el Papa le dijo a los periodistas
católicos italianos que aunque “en la época de la comunicación global, su misión se
vuelve cada vez más difícil, no se deben desanimar por las dificultades que pueden
encontrar” y “deben continuar anunciando con ímpetu el Evangelio de la verdad y de
la esperanza”.
En este sentido, Juan Pablo II les dijo que “para cumplir plenamente
su misión deben cuidar que no les falte en primer lugar el alimento espiritual de
la oración y de una intensa vida sacramental”. “Preocúpense, además –concluyó el Papa-,
de enriquecer su formación ética y cultural, para que sus convicciones se mantengan
en sintonía con el Evangelio y no se dejen desviar por perniciosas tendencias dominantes
en una cierta cultura moderna”.