La única medida del amor es amar sin medida. Mensaje del Papa al Congreso Internacional
sobre la Vida Consagrada
Sábado, 27 nov (RV)- Testimonien la esperanza cristiana y la lógica del don desinteresado,
continúen usando sus energías por el mundo, concientes de que la única medida del
amor es amar sin medida. Así el Papa Juan Pablo II se dirigió a los cientos de participantes
en el Congreso Internacional sobre la Vida Consagrada que se desarrolló en estos días
en Roma, reflexionado sobre el tema “Pasión por Cristo, pasión por la humanidad”.
En
su mensaje, el Papa escribe que los religiosos y las religiosas están llamados a ofrecer
a la humanidad desorientada, malograda y priva de memoria, testimonios creíbles de
la esperanza cristiana, haciendo visible el amor de Dios que no abandona a nadie y
ofreciendo al hombre perdido razones verdaderas para continuar esperando.
La
vida religiosa -prosigue el Santo Padre- debe custodiar el patrimonio de vida y belleza
capaz de calmar toda sed, curar cada llaga, ser bálsamo para cada herida, colmando
cada deseo de alegría y de amor de libertad y de paz. Es necesario- insistió el Papa-
abrir el corazón al soplo vital del espíritu, competir mutuamente en el amor fraterno
y en servicio, abrir las puertas a los débiles, solos y refugiados.
El testimonio
de una vida casta, pobre y obediente –dijo el Papa a los religiosos y religiosas-
se convertirá así, en la aurora de este Tercer Milenio cristiano, en transparencia
del rostro amoroso de Cristo. “Sean siempre obedientes en Cristo –les aconsejó el
Pontífice- que sus comunidades sean responsables en sus compromisos, comunidades en
las que se ejerciten el discernimiento, la caridad que edifica, la rectitud fraterna.
Muestren al mundo- concluye el Papa- como la renuncia a la propia voluntad, a los
propios proyectos, son fuente de felicidad y les abra el camino a la plena realización
de sí mismos.