2004-11-25 16:36:17

El arzobispo Migliore pide a los miembros de la ONU alcanzar “un desarrollo con rostro humano”


Para eliminar numerosos conflictos violentos que amenazan las esperanzas de alcanzar la aplicación y el respeto de los derechos económicos y sociales, es importante alentar el compromiso de los países miembros de Naciones Unidas en favor de «un desarrollo con el rostro humano», «forjando los lazos entre los derechos humanos y el mismo desarrollo y reconociendo las libertades fundamentales y la igualdad ante la ley». Es la exhortación que ha dirigido, ante la Asamblea General de la ONU, el observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas.

El arzobispo Celestino Migliore, intervino, en Nueva York, ante la Asamblea General de la ONU dedicada a enfocar los resultados de la Cumbre del Milenio, que se celebró en septiembre de 200 y en la que 171 gobiernos del Hemisferio Norte y Sur firmaron la Declaración del Milenio. El prelado reconoció los progresos cumplidos para conseguir los Objetivos establecidos y el esmero de algunos países en «poner en marcha un proceso significativo de desarrollo económico, permitiéndose pagar por sí mismos el coste económico de los Objetivos de Desarrollo».

Sin embargo, el observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas lamentó que «la escasa ayuda económica y las condiciones económicas internacionales no han permitido todavía a los países más pobres conseguir las metas más importantes en el ámbito de la educación, la sanidad y el acceso al agua y los servicios higiénicos».

Poniendo de relieve que «el total de la ayuda oficial ha sido muy inferior al 0,7 por ciento de la renta nacional, según lo establecido en el acuerdo fijado hace tiempo», Mons. Migliore lamentó asimismo que «la capacidad de los países más pobres - que se encuentran sobre todo en África - de conseguir beneficios fiscales y de exportación no prospera debido a la subvención a la exportación de los países ricos y a las tarifas impuestas a las exportaciones africanas», que llegan a ser incluso hasta «diez veces superiores a las de las mercancías que circulan en los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)».

El arzobispo Celestino Migliore finalizó su intervención expresando el anhelo de la Santa Sede de que «las Naciones Unidas asuman un liderazgo iluminado» que contribuya «a garantizar la realización de las ideas nuevas e importantes, en lugar de que éstas queden relegadas en el olvido». El Nuncio exhortó también a que «se tomen iniciativas para que la acción de las autoridades nacionales e internacionales sea más consistente y efectiva».







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