Audiencia general: Cristo reconcilia consigo todos los seres y los conduce a su fin
último
Este miércoles, el Santo Padre Juan Pablo II ha celebrado la Audiencia General en
dos partes. A las 10 y cuarto en la Basílica de san Pedro para los jóvenes y estudiantes
italianos, y a las 10 y media en el Aula Pablo VI, para los demás peregrinos presentes
en Roma. El Pontífice, en la catequesis, ha reflexionado sobre el Cántico “Cristo
fue generado primero que todas las criaturas, es el primogénito de aquellos que resucitan
de entre los muertos”.
Ahora ha resonado el gran himno cristológico con el
que comienza la Epístola a los Colosenses. En él se manifiesta la figura gloriosa
de Cristo, corazón de la liturgia y centro de toda la vida eclesial. En este canto
se puede alcanzar el aliento de fe y de oración de la antigua comunidad cristiana
y el Apóstol, ha recordado Juan Pablo II, recoge la voz y el testimonio, incluso imprimiendo
al himno su sigilo”.
Después de una introducción en la que se da gracias al
Padre por la redención, dos estrofas articulan este Cántico, que la Liturgia de las
Vísperas repropone cada semana. La primera, ha manifestado el Papa, celebra a Cristo
como “primogénito de toda criatura”, es decir generado primero de otro ser, afirmando
así su eternidad que transciende espacio y tiempo. La alabanza en honor de Cristo
procede, sin embargo, de la segunda estrofa, dirigida hacia otro horizonte: el de
la salvación, la redención, la regeneración de la humanidad por él creada pero que,
pecando, había caído en la muerte.
Ahora la “plenitud” de gracia y de Espíritu
Santo que el Padre ha puesto en el Hijo hace que pueda, muriendo y resucitando, comunicarnos
una vida nueva. Él es por lo tanto, ha subrayado el Papa, celebrado como “el primogénito
de aquellos que resucitan de entre los muertos”, Con su “plenitud” divina, pero también
con su sangre derramada en la cruz, Cristo “reconcilia” y “repacifica” todas las realidades,
celestiales y terrenales.
Él, de esta manera, devuelve las cosas a su situación
de origen, recreando la armonía primigenia, querida por Dios según su proyecto de
amor y de vida. Creación y redención están, por lo tanto, conectadas entre ellas como
etapas de una misma vivencia de salvación. Juan Pablo II ha finalizado su catequesis
en italiano meditando, como lo está haciendo en sus reflexiones de los miércoles;
esta vez ha recordado a san Juan Damasceno, exactamente, su Comentario a las Cartas
de san Pablo.
Este fue el resumen que de la catequesis del Santo Padre en español
para los peregrinos de nuestra lengua leyó un monseñor de la Secretaría de Estado.
Queridos hermanos
y hermanas:
En el himno cristológico de la Carta a los Colosenses que
acabamos de proclamar, resalta la figura gloriosa de Cristo, corazón de la liturgia
y de toda la vida eclesial. En él se percibe el espíritu de oración y la fe de la
primitiva comunidad cristiana en el Señor Jesús, celebrado como primogénito de toda
criatura y de los que resucitan de entre los muertos.
Con su plenitud divina,
y también con su sangre derramada en la Cruz, Cristo reconcilia consigo todos los
seres, celestes y terrestres, y los conduce a su fin último, querido por Dios según
su proyecto de amor y vida.
Éste ha sido el saludo del Santo Padre en español
para los peregrinos de nuestra lengua que han participado en la Audiencia General:
Saludo
cordialmente a los peregrinos de España y América Latina, especialmente a los de las
diócesis de Mallorca y de Huelva, así como al grupo de Castilla y León, y a los mexicanos
de Guadalajara ¡Gracias por vuestra presencia!
El Santo Padre, saludando a
los enfermos, les ha deseado que «Cristo, que ha hecho de la Cruz un trono real»,
les ayude a «comprender el valor redentor del sufrimiento vivido en unión con Él».
Y a los recién casados, el Papa les ha deseado que Cristo infunda su amor en ellos,
para que sus hogares sean santos y dichosos.
La primera parte de esta Audiencia
General de Juan Pablo II ha tenido lugar en la Basílica de San Pedro, donde el Pontífice
se ha dirigido a numerosos jóvenes y estudiantes provenientes de varias regiones de
Italia, recordando la celebración - el pasado domingo - de Cristo Rey del Universo.
El
Papa ha exhortado a los jóvenes a centrar sus vidas en Jesús, con el anhelo de que
Cristo los ilumine y guíe en cada elección, participando generosamente con su testimonio
en la construcción de su Reino de justicia y de paz.