2004-11-22 10:08:43

La destrucción de la familia causa una profunda herida a la sociedad y provoca daños irreparables


En su discurso a la plenaria del Consejo Pontificio para la Familia, Juan Pablo II destacó la ‘actualidad y urgencia’ de la misión de la Iglesia en la tutela de «la familia, fundada en el matrimonio. Institución natural insustituible, santuario de la vida, único pilar del futuro de la humanidad. El que trastoca sus cometidos causa a menudo daños irreparables».

EL Papa se refirió, en especial, al V encuentro mundial de las familias - que se celebrará en la archidiócesis española de Valencia - enviando un saludo cordial «a la amada tierra de España, que tendrá el honor de hospedar ese evento».

«El que destruye la familia, tejido fundamental de la convivencia humana, no respetando su identidad y trastornando sus cometidos, causa una profunda herida a la sociedad y provoca daños a menudo irreparables». Es la advertencia que reiteraba el sábado Juan Pablo II en su discurso a los participantes en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Familia.

Expresando su satisfacción por la intensa labor de este dicasterio en la difusión del «evangelio de la familia», el Papa hizo hincapié en que ésta «ahonda sus raíces en el Corazón de Dios, creador» y que la «familia, fundada en el matrimonio es una institución natural insustituible y elemento fundamental del bien común de toda sociedad». Una vez más, Juan Pablo II reiteró la importancia de reflexionar sobre los varios aspectos que conciernen a la familia, tanto a nivel nacional como internacional, poniendo de relieve que «la Iglesia no puede alejarse de la norma enunciada por el Apóstol Pedro: ‘Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres’ (Hch 5,29)».

En este contexto, el Santo Padre citó su Exhortación Apostólica Familiaris consortio: «hay que reconocer el puesto singular que, en este campo, corresponde a los esposos – marido y mujer - y a las familias cristianas, en virtud de la gracia recibida en el sacramento. Su misión debe ponerse al servicio de la edificación de la Iglesia y de la construcción del Reino de Dios en la historia» (n 71). Misión – señaló Juan Pablo II – «que no ha perdido su actualidad, sino que ha asumido características de excepcional urgencia»

Tras constatar con gran alegría «la creciente presencia en todo el mundo de movimientos en favor de la familia y de la vida», el Pontífice puso de relieve, precisamente, la importancia de la «iglesia doméstica», como «santuario de la vida y verdadero pilar portante para el futuro de la humanidad».

Poniendo de relieve la importancia de «la ayuda discreta, delicada y generosa que pueden ofrecer los matrimonios mayores a los más jóvenes», Juan Pablo II se refirió luego, en especial, al V encuentro mundial de las familias, que tendrá lugar en la archidiócesis española de Valencia: “Mi pensamiento se dirige al V Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en el 2006 en Valencia (España). Sé que vuestro Consejo Pontificio está preparando, conjuntamente con la Archidiócesis de Valencia, este evento. Saludo al arzobispo Mons. Agustín García Gasco, aquí presente, y envío un caluroso saludo a la amada tierra de España, que tendrá el honor de hospedar ese evento”.

El arzobispo de Valencia, tras el encuentro con el Pontífice manifestaba a nuestra emisora, el gozo por la confirmación de Valencia como sede del V Encuentro Mundial de las familias:RealAudioMP3

Mons. García Gasco, asimismo nos recordó las secuencias que se pudieron apreciar ayer, en el Aula del Sínodo ante la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia, al presentar los preparativos de este encuentro mundial:RealAudioMP3







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