La creatividad científica al servicio de la familia humana
«Los científicos tienen el cometido de poner la creatividad científica al servicio
de la familia humana, trabajando de forma desinteresada para mejorar la calidad de
la vida en nuestro planeta y promoviendo el desarrollo integral – material y espiritual
- de los seres humanos». Era el llamamiento del Papa a los participantes en la plenaria
de la Academia Pontificia para las Ciencias, a quienes recibió el lunes en audiencia.
«La
creatividad que inspira el progreso científico se concibe, en especial, como la capacidad
de confrontar y resolver siempre nuevos tópicos y problemas, muchos de los cuales
tienen repercusiones planetarias. Los hombres y mujeres de ciencia tienen el cometido
de poner, cada vez más, esta creatividad al servicio de la familia humana, trabajando
para mejorar la calidad de la vida en nuestro planeta y promoviendo el desarrollo
integral – material y espiritual - de los seres humanos». Juan Pablo II reiteró esta
exhortación a los científicos, haciendo hincapié asimismo en que con el fin de que
«la creatividad científica pueda servir para el beneficio del auténtico progreso humano»,
«debe permanecer aislada de toda forma de condicionamiento financiero e ideológico».
Al
recibir el lunes a los participantes en la plenaria de la Academia Pontificia para
las Ciencias, el Papa puso de relieve que la creatividad científica debe buscar «la
verdad de forma desapasionada, estando exclusivamente al servicio de la humanidad».
En este contexto, Juan Pablo II destacó, una vez más, la importancia de que la creatividad
y los nuevos alcances favorezcan un clima de cooperación entre la comunidad científica
y los pueblos del mundo, propagando generosamente el conocimiento y los beneficios
de la misma ciencia. En lugar de impulsar la competencia y los intereses individuales.
Tras
señalar la importancia de considerar como es debido la dimensión espiritual del ser
humano, el Pontífice reiteró que «por medio de la cultura y de la actividad creativa,
la existencia humana tiene la capacidad de trascender la realidad material y ‘humanizar’
el mundo que la rodea». La creatividad humana encuentra su expresión privilegiada
en la búsqueda del conocimiento y en la investigación científica, recordó Juan Pablo
II, añadiendo luego que «como realidad espiritual, toda creatividad debe ser ejercida
con responsabilidad. Ésta exige el respeto del orden natural y, sobre todo, de la
naturaleza de cada vida humana, considerando que el hombre es sujeto y fin».
El
Santo Padre se refirió asimismo al tema que este año ha elegido la Academia Pontificia
para las Ciencias dedicado a los recorridos del descubrimiento, con el fin de promover
una reflexión sobre el origen de los descubrimientos científicos, cimiento y premisa
de nuevos saberes. Un camino multiforme que puede comenzar con la verificación de
una teoría, conducir al perfeccionamiento de la misma y abrir una senda hacia nuevos
enfoques experimentales. Dándose también la posibilidad de que algunos descubrimientos
se producen cuando el investigador está concentrando su atención sobre algo distinto.